| Energía pura en el Parque del Este | A pesar de que el verdor de la grama ya no es tan intenso, el Parque del Este, ahora denominado Generalísimo Francisco de Miranda, sigue cautivando porque es el pulmón vegetal por excelencia más importante en toda el área metropolitana.
Apenas sale el sol, este parque se llena de deportistas entusiastas que recorren hasta los sitios que aún permanecen en remodelación. El afán es mantener la idea de "cuerpo sano, mente sana".
Se ven individualidades y grupos, sin distingo de edad ni de clase social. Se relajan y ejercitan en este centro de libre esparcimiento inaugurado en 1961, según decreto No. 443.
Es tanta la diversidad de actividades que, de ser un espacio provisto de flora y fauna para la recreación, diseñado para una capacidad de seis mil visitantes a la semana, en los últimos tiempos recibe a más de 50 mil personas en ese mismo período y al mes, 230 mil personas, según Inparques.
47 años de nobleza. Para quienes de vez en cuando lo visitan, es fácil detectar las áreas que carecen de mantenimiento, principalmente las grandes extensiones de grama y los reservorios de las lagunas. No obstante, los fieles visitantes reconocen que, poco a poco, en sus 47 años de fundado, le han "metido mano", hecho que mantiene vivo y atractivo a estas 80 hectáreas.
En esta microciudad hay: vivero didáctico, el planetario el terrárium, el aviarium y además una extensa biblioteca.
Pero lo que atrae al visitante son los eventos que allí se organizan: bailoterapia, taichi, capoeira (una expresión cultural afrobrasileña), yoga, kung fu, judo, entre otras. Yony Rondón, entrenador, contó que desde hace 17 años practica y enseña en el Parque del Este, porque el simple contacto con la naturaleza lo llena de energía.
"Pero, he visto cómo con los años, son cada vez más los grupos que se asientan en este lugar. Creo que no es porque sea gratis, sino porque el caraqueño necesita respirar aire puro y aquí lo encuentra".
Pero no sólo ello pone la nota colorida en esta área donde la sombra igual motiva a la lectura y al descanso. A la vez, estudiantes de música y practicantes de Flair Bartending están tomando como suyos estos espacios. De hecho, cerca del kiosco número 8, todos los jueves en la mañana, un grupo de 15 adultos recibe clases avanzadas de cuatro, dictadas por Eloy Miranda. Lo hacen en medio de la tranquilidad que les brinda el cobijo de los árboles, "sin la presión del tiempo y sin pensar en la limitación del espacio. Es una alternativa muy buena, luego del centro La Estancia", dijo Miranda.
Todo esto se produce a partir de las 9 am, de martes a domingo. Lo más novedoso, la técnica del Flair Bartendind, vincula a cerca de doce jóvenes (incluidas algunas damas) que quieren hacer del trabajo del barman un show bien pagado. Entonces se reúnen dos horas diarias para hacer juegos con botellas de vidrio y vasos. Eduardo González, líder de este conjunto, cuenta que lo más sano es entrenar al aire libre, "porque no representa un riesgo si se llega a caer una botella. Lo verde le da alegría y entusiasmo a las prácticas y por ello muchas personas buscan de aprender y esparcirse aquí".
Se podría mencionar más, que hay técnicas de lectura, caminatas para los abuelos, exposiciones gastronómicas, títeres y pintacaritas, sobre todo los fines de semana cuando se programan actividades en fechas como el Día del Niño. Pero lo mejor es vivir la experiencia.
Puede llegar en carro particular, transporte público o en metro. Está abierto desde las 8:30 am hasta la 9 pm. Para las visitas guiadas, se recomienda llamar con anticipación a los Telf. 0212-273.2864 y 273.2865.
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