| Prometen arreglo definitivo para kilómetro 0 de la Panamericana | Veinte obreros apuran el paso para que en un mes estén culminados los trabajos que evitarán que la historia de las inundaciones en el kilómetro 0 de la carretera Panamericana se vuelva a repetir.
El pasado 4 de noviembre se iniciaron las obras en la parte baja del colector que recibe el agua de lluvia y las cloacas de los primeros kilómetros de la carretera. Para mejorar la capacidad del drenaje se sustituyó una tubería de 24 pulgadas por una nueva de 60, según informaron trabajadores de la contratista que labora para el Ministerio de Transporte y Comunicaciones.
"Todo esto estaba tapado, colapsado y la capacidad no era suficiente. Se organizó el sistema para que el agua de lluvia vaya al Guaire y las aguas negras al sistema de red cloacal que pasa por aquí", detalló uno de los trabajadores.
Ayer se iniciaron las labores de reposición de las rejillas ubicadas en el propio kilómetro cero de este corredor vial. También se realizaron trabajos de bacheo, lo cual generó retrasos en el sector.
Pero los vecinos y conductores exigen más. Llegando al kilómetro 2 existe un derrumbe, que sumado a las troneras que quedaron en el canal derecho de la vía, dejaron prácticamente habilitado un solo canal en el corredor.
Por las noches el peligro de los múltiples huecos y baches que han aparecido a lo largo de la vía con las precipitaciones se multiplica, en vista de que hay varios tramos que no poseen iluminación.
Las recientes lluvias también han obstaculizado el paso en la caminería ubicada unos metros antes del centro de distribución de gas, entre el kilómetro 0 y 1. "Tenemos que arriesgarnos a cruzar la carretera porque la acera quedó tapiada, eso lleva más de un mes así, se cayó esa casa y ahí la dejaron, poco a poco se ha ido deslizando, en estos días cayeron unos colchones", denunció Bredsy Fernández, vecina del sector.
Evelyn Uzcanga, representante del Consejo Comunal Vencedores de la Calle 18, dice que las autoridades han tenido que trabajar con las uñas por la situación de emergencia que generaron las lluvias. "De este sector ya hemos sacado 780 familias que estaban en riesgo, pero hay gente que no se quiere ir de su casa", comenta la dirigente vecinal.
En esta comunidad los efectos de las lluvias no son el único problema. Cuenta Uzcanga que desde hace 10 años pelean por tener condiciones dignas en la vialidad, pero no lo han logrado. En su defecto los mismos vecinos se han dedicado a tapar los huecos con tierra y con pedazos de cemento.
En esta época la basura también es un dolor de cabeza. "La semana pasada tuvimos que secuestrar a uno de los que trabajan con el aseo porque no querían pasar a recoger los desechos. Retuvimos a uno de los trabajadores para que se vieran obligados a volver por él y por más basura", dice Uzcanga. Pero la medida no resultó tan efectiva, pues hace una semana que no vuelven y en las esquinas crecen montañas de desechos. |
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