| El déficit de gas, bombonas y la mala distribución arrecian escasez del servicio | "Puede usted pasar a llenar su bombona directamente aquí. No estamos vendiendo los cilindros porque desde hace mucho tiempo no hay, y no estamos distribuyendo pues no hay suficientes unidades de transporte disponibles para cubrir los recorridos", dice la voz del otro lado de la línea telefónica, a un usuario que intenta saber por qué no le han suministrado su pedido, cuyo retraso podría dejarlo en un par de días sin el gas.
Esta compañía, ya en manos de Pdvsa Gas Comunal, señala además que las lluvias intensificaron la escasez que presenta el servicio de gas doméstico a escala nacional, pues bajó la producción de gas, al tiempo que la distribución, ya en crisis, se vio más afectada, por las malas vías y el poco número de gandolas existentes.
El déficit de gas doméstico o Gas Licuado de Petróleo (GLP) se ha convertido, según fuentes del sector, en un problema estructural. Desde hace más de cuatro años comenzó la escasez de bombonas; mientras que los precios fijados para el mercado interno no permiten hacer inversiones al sector privado, y las unidades de transporte han reducido su flota también por el tema de la imposibilidad de invertir.
La baja producción de gas es otro de los elementos que se agrega a la confabulación.
Es harto conocido que el déficit de gas en el país gira en torno a 2.000 millones de pies cúbicos por día, lo que impide avanzar en el plan nacional de gasificación, en su uso en el sector eléctrico, y en el plan Autogas, entre otros proyectos que se ha propuesto Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Crisis en el interior
Las voces de alarma suenan con mayor intensidad en el interior del país, al punto que la leña ha sido vista como una opción para paliar la situación. Es posible ver en las orillas de la carretera en cualquier recodo de los llanos o en la zona central atados de leña listos para su uso.
Los usuarios del servicio de gas se quejan desde hace años, sin embargo, en los últimos meses de 2010 y lo que va de enero, la situación ha sido alarmante.
En Maturín, Rosa María Matute supone que la situación no es distinta a la del resto del país. Las bombonas grandes (43 kilos), de esas que ya no se contratan, deben ser solicitadas con al menos tres meses de antelación.
"La última solicitud que hizo mi mamá fue en noviembre y todavía no tiene respuesta. Por lo general, tardan entre tres y cuatro meses en entregarlas", dice.
En cuanto a las bombonas pequeñas o medianas, son varias las vías para conseguirlas, pero con todas hay inconvenientes. "Para dar con ellas hay que ir entre las 5:00 y 6:00 de la mañana a uno de los centros de distribución, y si la suerte te acompaña y algún camionero se apiada de ti, te la vende", cuenta Matute.
Otra forma es llevar la bombona, esperar por los cupos que se reparten a diario, y regresar al día siguiente a recogerla. También se puede ir al llenadero de Cruz de la Paloma -en las afueras de Maturín- y pagar para que llenen el cilindro además de alguna "contribución".
El soborno, en la mayoría de los casos, es la mejor opción. Pagas un plus de 100% sobre el precio del cilindro, y te ahorras la solicitud vía telefónica, la espera y el viaje al llenadero.
Lo pintoresco nunca falta en las historias locales. En una casa cualquiera está instalada -contra todas las normas de seguridad- una distribuidora de bombonas, cuya cabeza gerencial acumula los cilindros frente a una vivienda de madera. Solo despacha el producto a quienes tengan el carnet de Psuv o muestren una carta del consejo comunal de la zona "para verificar su lugar de residencia".
En Portuguesa, Maximiliano Cabello tiene su hipótesis. "Comprobada", dice él. Pdvsa Gas Comunal prefiere expender el gas a los establecimientos que la utilizan de insumo para sus actividades comerciales, pues pagan más y, vale decir, "la contribución especial" siempre es bienvenida.
"He llegado a quedarme sin gas", cuenta el usuario.
Un funcionario de Pdvsa Gas en Portuguesa señala que Bajo Grande estuvo detenida, Ulé estuvo sin gas, El Palito no estuvo trabajando la semana pasada, y el fin de semana, cerca de la planta Cardón, que era la única que operaba, se cayó un puente, entonces hubo que desviar los camiones. "Lo que dicen en Pdvsa es que las lluvias fueron las causantes del caos, sin embargo, te puedo decir que también hay muy pocos cilindros en circulación, lo que mantiene restringida la distribución".
En Valencia, Aragua, Lara, Táchira y Barinas los usuarios sufren del mismo mal.
Hasta ocho meses tardan los despachos que se solicitan. "El problema ya es estructural, y lo peor es que la gente se acostumbra a convivir con él. Busca mecanismos y los encuentra, el tema es que ves paulatinamente cómo se desmejora tu calidad de vida", dice una fuente ligada al sector.
Los llenaderos y distribuidores consultados coinciden en que hay problemas a escala nacional. El suministro se ha reducido en los últimos meses de manera sustantiva, mientras que el número de gandolas que surten a los distribuidores han disminuido en 33%. Pdvsa Gas Comunal fue consultada; sin embargo, no suministró información. Con apoyo de Jesús Hurtado |
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