| Otra vez el karma del gas doméstico | Carnaval fue época de disfrute en la ciudad y también de descanso para muchos, pero este miércoles fue el día donde todo volvió a la rutina y, con ella, las interminables colas que se generan para comprar el gas en la urbe.
Este miércoles, la población guayanesa se levantó bien temprano para salir a trabajar y llevar a los niños al colegio, mientras que decenas de personas tomaron un carro para llevar sus bombonas de gas a las empresas distribuidoras y obtener el combustible para las cocinas.
Cansados de esperar largas horas sin que les vendieran el producto, en la empresa Tigasco de Unare las personas que hacían la cola quemaron cauchos para exigir la venta de gas.
"Llegué a las 7:00 de la mañana, son más de las 9:30 y no he comprado nada. Aquí se quemó cauchos en la mañana para hacer presión y que vendieran el gas, porque no lo querían hacer", dijo Rafael Navarro, vecino de Villa Bahía.
De acuerdo con las personas de la fila en Tigasco es nueva política de la empresa vender el producto a las personas que están afiliadas. "Uno antes tenía una afiliación, después eso se dejó así y ahora hicieron un cambio y hay que pagar 15 mil bolívares para volverse a afiliar", acotó Navarro.
Aunque para algunos los problemas de gas no se deben a la escasez del producto, sino al mayor uso que se les da a las cocinas, es una realidad que desde hace unos años no hay distribución de bombonas en los hogares y las colas frente a las empresas son cada día más grandes.
Los dos días de asueto, que también fueron tomados por las empresas de gas, ocasionaron las largas colas para conseguir el producto en las distribuidoras del combustible en Unare, donde se reunieron personas de los distintos rincones del municipio con sus bombonas en mano.
Karma frecuente
Mirta Bastardo, proveniente de la vía a Upata, señaló que decidió ir a Unare para comprar la bombona de gas, "porque es más seguro que ir a San Félix, allá nunca hay y para llevarte el gas puedes pasar todo el día haciendo la cola, mientras que aquí sólo la mañana".
De la misma manera explicó que hace unos años compraba el producto en una bodega cerca de su casa, pero dejaron de venderlo, por lo que debe tomar hasta 3 autobuses para llegar a Unare.
Para las decenas de madres y padres que acuden a hacer la cola del gas es un sacrificio y un karma hacerla, pero van bien temprano para más tarde poder darles de comer a los niños usando la cocina.
Algunas madres acuden con sus pequeños a hacer la cola por no tener con quién dejarlos. "Aquí hay que aguantar agua, sol y lo que venga", dijo una de las compradoras.
Colas y más colas
Llegar más temprano o más tarde a las empresas distribuidoras de gas no evitará que la población deba hacer colas para cambiar las bombonas. En Tigasco de Unare los compradores debieron hacer tres largas filas para poder salir con las manos llenas.
"Aquí uno tiene que hacer una cola primero en la calle, según sea la bombona, luego uno pasa y hay que hacer otra cola bien larga para poder pagar, y después hacer otra para retirar la bombona", dijo una clienta.
Sin ningún tipo de tapujos los compradores de gas aseguran que el servicio ha venido decayendo en los últimos años, hasta el punto en que ya no envían el producto a los hogares.
"Yo siempre he tenido que hacer cola para comprar el gas. Aunque vivo en Buen Retiro prefiero venir a Unare a comprar el gas, porque es más seguro que haya el producto, pero como no tengo carro le pago a un vecino 30 mil bolívares", dijo Pablo Valera.
Las personas de la tercera edad no tienen ningún tipo de preferencia en las colas, pues Asunción Rojas, de 88 años, estaba con su hija en la fila esperando la venta de una bombona de gas.
¿Muchas cocinas de gas?
De acuerdo con Manuel González, vecino de Villa Colombia, en la ciudad no hay problemas de abastecimiento de gas, ni tampoco escasez del producto pese a las colas que se forman.
A su juicio, hay un aumento de la población y el incremento en la demanda del producto ha sido mayor por haber más cocinas. No obstante, señaló que no debe pasar mucho tiempo en la cola para poder cambiarla. "Yo tengo una grande, y allí siempre hay menos gente". |
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