| La falta de agua, otra penuria para los venezolanos | “¡Qué llueva, Dios mío santo, que llueva!”, exclama Carmen Coronado, una trabajadora doméstica que hace una larga fila frente a un surtidor que canaliza el agua que baja de las quebradas del cerro Avila, que rodea Caracas.
Ella es uno de las seis millones de habitantes de la metrópolis venezolana que desde hace dos meses padecen un severo racionamiento de agua, en un país de grandes reservas hídricas, entre las cuales el río Orinoco, uno de los de mayor caudal de América.
Pero la temporada de seis meses de lluvias que debe iniciar en mayo se ha demorado por segundo año, colocando en condiciones críticas a los embalses que surten a la ciudad.
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