| En Vista Alegre el patrimonio persiste entre huecos | Los vecinos de Vista Alegre no tienen los Ferraris con los que sueña el ministro de Planificación, Jorge Giordani. Pero son tan conscientes como él de que los huecos la ciudad no sólo dañan los trenes delanteros de sus vehículos sino que también, poco a poco, se tragan la calidad de vida en una urbanización con méritos en su arquitectura, urbanismo y entorno para estar incluida en el catálogo de patrimonios del municipio Libertador.
"No gaste en ir a la Luna si quiere ver cráteres, en Vista Alegre haga un tour gratis", publicó en su página de Facebook Hortensia Fonseca, miembro del consejo comunal de la zona. Si hay que nombrar los problemas del sector, el pavimento deteriorado y los huecos que abre la empresa Hidrocapital para reparar averías y que luego no tapa son los que más mencionan los vecinos.
El de la calle 7, el que se traga carros frente al parque Monagas y el que empezó en 2003 como una falla de borde y ahora amenaza con llevarse una quinta en la calle 1 de Colinas de Vista Alegre son célebres, pero el panorama general de las vías de la zona es de galleta.
El consejo comunal consiguió recursos para el mejoramiento de áreas verdes de la zona, pero aún no logra que el plan de asfaltado del alcalde Jorge Rodríguez pase por allí. La urbanización es zona de paso de camiones de carga que empeoran la situación y la antigüedad de las tuberías hace que cada día haya un nuevo bote que socave el pavimento.
Hace dos semanas los vecinos trancaron las vías para exigir que las autoridades cumplan con su deber, pero todavía no llega asfalto a Vista Alegre.
Los residentes del lugar también alertan sobre las invasiones que tienen registradas desde 2007, cuando hicieron la denuncia en el Ministerio Público. Actualmente, las viviendas informales de los barrios de Casalta se extienden hacia el topo Las Piñas, un área verde protegida de la urbanización. Lo mismo sucede en la montaña que colinda con la carretera de El Junquito.
Parque salvado. Vista Alegre es una muestra de la buena arquitectura que se hizo en la ciudad a finales de la década de los años cuarenta en parte de lo que fue la Hacienda La Vega. Además de la urbanización en sí misma, un total de 12 edificaciones de la zona han sido declaradas bienes de interés cultural por el Instituto de Patrimonio Cultural.
Uno de ellos es el parque Aquiles Nazoa, incluido en la lista pese al estado de abandono en que estaba cuando se levantó el censo. El sitio de recreación, donde ahora ensayan causando molestias a los vecinos bandas escolares de la zona y los adolescentes practican fútbol y boxeo, forma parte de los logros del trabajo comunitario, cuenta Belkys Colmenares, miembro del consejo comunal y custodia de las llaves que abren todas las áreas comunes de la urbanización.
En 2006 la Alcaldía Metropolitana desahució el parque, con intenciones de construir un Centro de Diagnóstico Integral en ese terreno. La comunidad lo defendió, porque hay pocos en la zona y entre el año pasado y éste invirtieron 190.000 bolívares de la Alcaldía de Libertador y 500.000 bolívares que entregó Antonio Ledezma en sacar la maleza, instalar tuberías de agua y luz, hacer florecer el árbol de trinitaria que se enreda en una pérgola y construir una sala de usos múltiples, que aún no estrenan, pero para la que tienen planes. Ahora, el lugar podría reunir también a grupos de observadores de aves, porque los viejos árboles atraen turpiales, guacamayas e incluso búhos, dicen los vecinos.
Los recursos que entregó la Alcaldía Metropolitana, además, alcanzaron para recuperar una extensa área verde en la calle 1, que colinda con San Martín. Limpiaron el área tomada por indigentes y la enrejaron. Con más dinero, pudiera convertirse en un agradable bulevar.
Formar un club de ajedrez y otro de fútbol está en la lista de planes del consejo comunal. Colmenares señala que hay maestros y entrenadores entre los vecinos que pudieran participar en el programa.
El fin de semana pasado organizaron un primer campeonato de futbolito, con el apoyo de un residente de la zona. Compitieron muchachos de comunidades cercanas y hubo ganadores, pero no premio. Esperan más recursos para financiar el reconocimiento.
|
|
