| Amenaza de racionamiento de energía forzado en Venezuela | Seis grandes apagones se han registrado en Venezuela en el último año y medio. El mayor de ellos dejó sin energía al 70 por ciento del país durante 10 horas. Habitantes de Mérida, al occidente del país, efectuaron el viernes pasado una quema masiva de recibos de cobro. Lo hicieron en rechazo por los constantes cortes. En Puerto la Cruz, al otro extremo del país, varias comunidades cerraron el miércoles pasado, en forma simbólica, la Empresa Estatal de Electricidad (Corpoelec) y colocaron en sus puertas dos grandes calcomanías que decían: "Clausurados por ineficientes". Protestas como éstas comienzan a hacerse frecuentes en toda Venezuela, en contra de las fallas generalizadas en el suministro eléctrico. Hace una semana, en Barquisimeto, un grupo de usuarios se concentró con pancartas frente a la compañía eléctrica, y en Maracaibo (la segunda ciudad más importante del país) la gente denuncia desde hace semanas apagones de hasta siete horas diarias. Poca oferta, mucha demanda Retrasos en la ejecución de proyectos y un alto crecimiento de la demanda han puesto en jaque al sistema eléctrico venezolano, que registra seis grandes apagones en el último año y medio, el mayor de los cuales dejó sin energía al 70 por ciento del país durante 10 horas. Aunque el gobierno guarda silencio, un informe divulgado hace unos días por la Federación de Trabajadores del Sector Eléctrico (Fetraelec) reveló el inicio, este mes, de un programa de racionamiento forzado que se extendería hasta enero. En septiembre, el presidente de Corpoelec, Hipólito Izquierdo, reconoció que el consumo de electricidad en Venezuela se disparó un 25 por ciento desde el 2004 hasta agosto de 2009, cuando alcanzó el tope histórico de 17.243 megavatios. En ese periodo, la generación de energía apenas creció un 11 por ciento. Las curvas de la oferta y la demanda se cruzaron y hoy, el margen de maniobra del sistema se encuentra en un punto crítico. Para colmo, el fuerte verano ha reducido los niveles del embalse del Guri, al sureste del país, donde se produce el 70 por ciento de la energía del país. En la actualidad, afirma Víctor Poleo, ex director de la Electrificadora del Caroní (Edelca), existe un déficit de 800 megavatios (casi el 5 por ciento de la demanda). De no ser por la implementación, en noviembre del 2007, de la llamada Misión Energía ,programa mediante el cual se entregaron gratis 68 millones de bombillos ahorradores y que permitió liberar 1.000 megavatios, la crisis del sector eléctrico sería aún más grave. Hace unos días, el Consejo Legislativo del estado Zulia interpeló a los representantes de Corpoelec y en los estados de Bolívar y Anzoátegui, se introdujeron proyectos de ley para indemnizar a los afectados. Sin embargo, el problema no es nuevo. En Guárico, en el centro del país, el actual gobernador, William Lara, llegó al poder hace un año con la promesa de pagar los artefactos dañados por las continuas fallas del servicio. Ahora Venezuela, que culminó en el 2001 una línea de alta tensión para vender electricidad al norte de Brasil y llegó a exportar 300 megavatios al gigante amazónico y a Colombia, debe importar 150 megavatios para suplir parte de su déficit energético. Mientras, el gobierno sigue sin reconocer el racionamiento. "Lo más grave afirma Poleo: es que no hay soluciones a corto plazo (...) y para resolver la crisis el Estado debe empezar por admitir el problema". ✍ Alejandro Botia |
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